Con mi dedo empapado en tinta
rompo el inmaculado blanco de un papel
se me escapan por las manos
mis quiénes, cómos y porqués.
Si mi corazón de tela roja empezase de pronto a latir
se me saltarían los puntos, las comas y las tildes
que sujetan mis palabras y mi deseo de vivir.
Mi pelo de lana amarilla y mis zapatos de fieltro verde
se han llenado de denso polvo y dolosoro olvido
en la estantería de los recuerdos de los niños que crecen.
Esta canción siempre me hizo llorar cuando era niña
son tiernas esas palabras
ResponderEliminarGracias, Tormenta.
ResponderEliminarUn abrazo.
De nada, Mnemea. Eres de Ponferrada, ¿no? ¿Nos conocemos?
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