Rasgo la coraza y brota mi sangre, mi miedo, mi barro,
la arrastrada carga de mi alma.
Abro la llave, oculta bajo la piel tirante,
tomo tu mano y te llevo a mi casa interior.
Toma tu tiempo, toma mi aliento,
arrastra el fango que tapa mis brotes
y cubre mis razones.
Escápate commigo al desatado mundo
del interior de mi alma.
Interesante. Me pasaré por aquí de vez en cuando.
ResponderEliminarMe gusta mucho tu blog y lo que cuentas en él. Me gusta la fuerza de tus palabras. Enhorabuena.
ResponderEliminarCándido.